El viernes 24 de octubre, estudiantes de IV Medio A, bajo la guía de su Profesora Jefe, Sra. Carolina Gutiérrez, tuvieron la oportunidad de disfrutar de una jornada en el Centro Recreativo de la Compañía de María. En un marco de reflexión y espiritualidad, se llevó a cabo el último Encuentro con Cristo, titulado “Nacidos para Amar y Servir”. Este evento representó un llamado a mirarse con cariño, a reconocerse , a comprometerse en su actuar, y a convertirse en agentes de cambio en los lugares donde el Señor les ha colocado.
Este encuentro no solo reunió a los jóvenes en un entorno de reflexión, sino que también les brindó la oportunidad de reconocer su historia, valorar sus intentos, fortalecer lazos de amistad y reafirmar su compromiso con los valores fundamentales de amor y servicio que han guiado su formación. Cada actividad y reflexión les permitió descubrir la esencia de su experiencia escolar y proyectar sus futuros.
La historia de Marta y María iluminó sus reflexiones, impulsando a cada joven a considerar quiénes han sido, quiénes son en la actualidad y en quiénes desean convertirse. Este ejercicio no solo fomentó la introspección, sino que también inspiró a cada uno a abrazar su verdadero potencial, animándolos a reescribir su historia en su propio Libro de Artista.
Queremos expresar nuestros agradecimiento a cada estudiante por su respeto, apertura y escucha activa ,al equipo de mamás, cuyo compromiso y amor hicieron posible que este día fuera excepcional. Su dedicación y esfuerzo por crear un ambiente cálido y acogedor tocaron los corazones de todos.
La jornada estuvo llena de momentos significativos: el contacto con la naturaleza revitalizó sus espíritus, la empatía floreció a través de diálogos sinceros, y el juego se convirtió en un recordatorio del poder de compartir la alegría. Cada instante fue una semilla de generosidad y apertura.
Al finalizar la experiencia, se les recordó una valiosa enseñanza de Santa Juana de Lestonnac: “mantengan la amistad entre ustedes”. Esta invitación va más allá de ser una simple frase; es un poderoso legado que instamos a llevar en sus corazones. Sean ustedes mismos los brotes de esperanza que su entorno tanto necesita, sin importar dónde decidan estar y que decidan hacer.
